Música, teología y política en torno a Mozart
entre la imagen del niño eterno y la idea de lo demoníaco
DOI:
https://doi.org/10.5216/mh.v24.78276Palabras clave:
Mozart, Hoffmann, Goethe, Kierkegaard, HeussResumen
En 1906, el musicólogo Alfred Heuss publicó un ensayo donde defendía que existía un elemento demoníaco en las obras de Mozart. Esta publicación modificó la forma en que se había interpretado hasta entonces la figura del compositor, no sólo entre los musicólogos, sino también entre los biógrafos, los poetas, los músicos, los teólogos y los filósofos, que en general habían seguido la imagen del niño eterno. Mi objetivo es analizar la historia de esta interpretación, que se remonta a los primeros textos de Hoffmann y Kierkegaard sobre Don Giovanni, mostrando el trasfondo teológico-político de esta idea. Mi tesis es que el artículo de Heuss sirvió para presentar a Mozart como un autor romántico y situarlo dentro un canon pretendidamente germano, vinculado al protestantismo y el nacionalismo alemán, alejándolo de otras influencias religiosas y musicales presentes en su obra, como el catolicismo y la música italiana. Esto nos ayudará a comprender el uso del concepto en las últimas décadas, desde la teología de Karl Barth hasta la filosofía de Peter Kivy, pasando por los estudios de Ivan Nagel, donde la imagen del niño eterno y la idea de lo demoníaco no han dejado de convivir.
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